Insuficiencia venosa o varices: causa, síntomas, diagnóstico y tratamiento

La debilidad venosa, insuficiencia venosa o enfermedad venosa, también conocida como varices, se refiere al funcionamiento deteriorado de las venas. Las venas ya no pueden funcionar correctamente y alteran la circulación sanguínea del cuerpo. Esto provoca síntomas como piernas pesadas e hinchadas y venas abultadas.

La insuficiencia venosa se desarrolla lentamente y luego progresa cada vez más. La enfermedad está muy extendida y afecta principalmente a las mujeres porque, por motivos hormonales, tienen un tejido conectivo más débil que los hombres.

¿Qué pasa cuando tu cuerpo tiene venas débiles?

La circulación sanguínea en el cuerpo humano se compone de arterias y venas. La sangre rica en oxígeno se bombea a través del cuerpo desde el corazón a través de las arterias. La sangre entrega oxígeno y otros nutrientes a los tejidos del cuerpo. Las venas son vasos sanguíneos que recogen la sangre pobre en oxígeno de la periferia del cuerpo y la bombean de regreso al corazón, donde comienza de nuevo la circulación.

Las venas se encuentran debajo del corazón y, por lo tanto, deben transportar la sangre hacia el corazón en contra de la gravedad. Para ello, necesitan válvulas venosas que impidan que la sangre regrese hacia abajo. Si estas válvulas venosas están dañadas o las venas pierden su elasticidad, se habla de insuficiencia venosa. Las venas ya no pueden transportar la sangre de regreso. Esto dificulta el flujo de sangre y hace que se acumule en las venas. Con el tiempo, la pared de la vena cede a la presión provocada por la congestión sanguínea y se ensancha cada vez más.

Esto se vuelve visible en la superficie de la piel como finas arañas vasculares en forma de araña. Las venas más grandes pueden causar venas varicosas prominentes. Debido a la presión de la congestión sanguínea, los componentes líquidos de la sangre también escapan al tejido. Esto provoca retención de líquidos, también conocida como edema. Éstas son la causa de los síntomas más notorios de la insuficiencia venosa: piernas y tobillos pesados e hinchados.

Si la debilidad venosa continúa propagándose, se puede desarrollar insuficiencia venosa crónica (IVC). Esto causa hinchazón severa y cambios en la piel.

En la mayoría de los casos, la debilidad venosa se produce en las venas de las piernas, ya que las venas de las piernas en particular tienen que trabajar mucho para transportar la sangre de regreso. Gran parte de la sangre se encuentra en las piernas, especialmente al estar de pie.

¿Cuáles son las causas de la insuficiencia venosa?

Hay muchas causas de insuficiencia venosa. Los factores de riesgo comunes incluyen la herencia, el aumento de la edad y el estilo de vida (ejercicio y peso). A menudo es una interacción de muchos factores.

  • Predisposición hereditaria: Si ambos padres padecen varices, la probabilidad de que sus hijos también la padezcan es del 90%.
  • Falta de ejercicio: Sentarse o estar de pie demasiado tiempo puede provocar congestión en el torrente sanguíneo. Estos impiden que la sangre sea transportada de regreso al corazón. Mucho ejercicio activa las bombas musculares y favorece el transporte de retorno de la sangre. Elevar las piernas también es beneficioso.
  • Obesidad: Puede favorecer el desarrollo de insuficiencia venosa crónica. Un mayor peso puede aumentar la presión arterial alta en las piernas. Esto hace que las piernas sean más susceptibles a la inflamación.
  • Edad: A medida que envejecemos, los tejidos del cuerpo pierden su elasticidad. La piel envejece y se arruga. Lo mismo se aplica a las venas. Estos se vuelven más susceptibles a sufrir daños. Los primeros síntomas suelen aparecer a partir de los 30 años.
  • Género: las mujeres de mediana edad tienen más probabilidades de sufrir insuficiencia venosa. Esto puede tener causas hormonales. Las hormonas sexuales femeninas, como el estrógeno, pueden aflojar el tejido conectivo. Por lo tanto, los embarazos aumentan el riesgo porque las concentraciones de estrógeno son más altas durante el embarazo.

Síntomas: ¿Cómo se reconoce la insuficiencia venosa?

La debilidad de las venas comienza de manera inofensiva y empeora progresivamente con la edad. Las personas con insuficiencia venosa suelen quejarse de piernas cansadas y pesadas, especialmente hacia el final del día. Los síntomas pueden aumentar en los cálidos meses de verano a medida que el calor dilata aún más los vasos sanguíneos.

Los síntomas pueden variar según la etapa de la enfermedad , pero suelen ser más fuertes por la noche. Cada síntoma puede ocurrir en todas las fases de la enfermedad. Los síntomas generales de la insuficiencia venosa son:

  • Piernas pesadas y doloridas, que aumentan a medida que avanza el día.
  • Dolor después de estar de pie o caminar durante largos períodos de tiempo.
  • Venas varicosas prominentes, generalmente en la parte inferior de la pierna.
  • Calambres en pies y pantorrillas.
  • Hinchazón debido a la acumulación de agua en el tejido (edema).
  • Venas varicosas.
  • Arañas vasculares (pequeños patrones de venas azuladas en forma de telaraña) en el muslo.
  • Picazón (prurito) y sensaciones anormales (parestesia, disestesia) en las piernas.
  • Úlceras o eccema en la parte inferior de la pierna.

¿Qué enfermedades venosas pueden ocurrir?

Los problemas de venas débiles están muy extendidos entre la población y no deben subestimarse. Los primeros signos pueden ser piernas pesadas y cansadas y tobillos ligeramente hinchados, especialmente por la noche y con temperaturas más cálidas.

La razón: si los músculos de las piernas o las venas (o ambas) ya no son lo suficientemente eficientes, la sangre se acumula en las piernas . El líquido puede filtrarse a través de la pared venosa permeable hacia el tejido circundante. Los pies, tobillos y pantorrillas se hinchan y el médico habla de edema.

Además de los antecedentes familiares, las causas comunes de venas débiles y problemas venosos incluyen la falta de ejercicio en general y actividades que requieren estar sentado y de pie durante largos períodos de tiempo. La lentitud intestinal y la obesidad también son factores de riesgo.

Los problemas en las venas también ocurren con relativa frecuencia durante el embarazo. Una de las causas es que el peso del feto, similar a la obesidad y un intestino lento, comprime las venas pélvicas de modo que la sangre no puede drenar de las piernas. Esto conduce a la dilatación y por tanto al debilitamiento de las venas.

Si la enfermedad progresa desfavorablemente, las venas débiles pueden eventualmente convertirse en venas varicosas, piernas abiertas flebitis o trombosis. Por lo tanto, busca el consejo de un médico o un especialista en venas lo antes posible para que no llegues a este punto.

Etapas de la enfermedad venosa

En muchos casos, la enfermedad venosa pasa desapercibida en sus primeras etapas. A menudo, la comprensión sólo llega cuando los síntomas ya están afectando la vida cotidiana. Como resultado, muchos no contrarrestan el problema prematuramente. La enfermedad venosa es una enfermedad progresiva en la que se distinguen seis etapas diferentes:

  1. Etapa 1 – arañas vasculares: son pequeñas venas en forma de red que aparecen de color rojizo azulado en la superficie de la piel. A menudo sólo se reconocen como un problema estético. Sin embargo, si estos van acompañados de síntomas como piernas cansadas y pesadas, pueden ser los primeros signos de enfermedad venosa.
  2. Etapa 2 – venas varicosas: son venas que sobresalen espasmódicamente y que son claramente visibles y tienen forma de nudos en la superficie de la piel. También se les llama varicosidades o varicosidades.
  3. Etapa 3 – Hinchazón en la pierna (edema): la congestión sanguínea en las venas causa tal presión en la pared de la vena que los componentes líquidos de la sangre fluyen hacia el tejido. Estos componentes se acumulan y provocan hinchazón local.
  4. Etapa 4 – Cambios en la piel: ocurren debido a la acumulación de líquido en las piernas. Los componentes líquidos de la sangre fluyen hacia el tejido. Dado que el pigmento rojo de la sangre sólo se puede descomponer en pequeña medida, la piel se decolora. Además, la piel se vuelve cada vez más fina y comienza a picar porque el sistema venoso dañado ya no recibe oxígeno ni otros nutrientes.
  5. Etapa 5-6 – Úlcera en la parte inferior de la pierna, pierna abierta: la pierna ya no puede recibir suministro adecuado del torrente sanguíneo. Si esta condición persiste, puede ocurrir cada vez más inflamación y las células mueren cada vez más. La piel se vuelve más fina y pueden aparecer más grietas y heridas abiertas. Esta es la complicación más grave de la enfermedad venosa. El tratamiento puede llevar mucho tiempo y es muy caro.

Diagnóstico: ¿Cómo identifica el médico la insuficiencia venosa?

Es recomendable consultar a un especialista en enfermedades vasculares y venosas (flebólogo) para el examen. Allí se determina el historial médico del paciente (anamnesis). El médico también preguntará sobre trombosis pasadas y debilidad venosa en miembros de la familia. A esto le sigue un tratamiento físico durante el cual el médico examina las piernas en busca de venas varicosas y arañas vasculares. Los cambios en la piel y la hinchazón de las piernas también proporcionan información importante.

Durante el tratamiento se realiza una ecografía que puede proporcionar una buena evaluación del estado de las venas. Las válvulas venosas defectuosas son claramente visibles. También se puede utilizar la ecografía Doppler; este es un procedimiento especial que se puede utilizar para visualizar el flujo sanguíneo en las venas. Por tanto, los coágulos de sangre se pueden detectar fácilmente.

Tratamiento: ¿Cómo se trata la insuficiencia venosa?

Los profesionales del Centro Quirúrgico Calero y Manzano, indican que el tratamiento de la insuficiencia venosa depende del estadio de la enfermedad y se adapta individualmente a los síntomas. La debilidad venosa grave sólo se puede curar mediante cirugía venosa. Un comportamiento adecuado, como mucho ejercicio y pérdida excesiva de peso, y un tratamiento constante pueden retardar la progresión de la insuficiencia venosa. El objetivo más importante del tratamiento es favorecer el flujo sanguíneo dentro de las venas. Las medias o vendajes de compresión son útiles en este caso , ya que comprimen las venas y evitan así que la sangre se acumule. Para casos leves, también pueden ser útiles cremas, ungüentos y geles que contengan extractos de hierbas de hojas de vid roja, castaño de Indias o rusco.

Las venas varicosas graves se pueden eliminar mediante escleroterapia. Se inserta una jeringa en la vena afectada bajo anestesia local. Las paredes de la vena se inflaman ligeramente y se pegan. Luego se aplica un vendaje de compresión, que aprieta la vena para que no fluya sangre. Esto significa que el flujo sanguíneo tiene que encontrar otra ruta a través del cuerpo y evita la vena obliterada. En casos más difíciles, las venas varicosas se extirpan quirúrgicamente. Ambos métodos aún pueden provocar la formación de más venas varicosas.

En casos más graves, en los que ya se ha formado una acumulación de líquido (edema) en la pierna, suele ser aconsejable el tratamiento farmacológico con diuréticos. Generalmente se utilizan ingredientes activos a base de hierbas como la ortiga y las hojas de abedul.

Los medicamentos antiinflamatorios se utilizan para tratar los cambios en la piel y el eczema. Generalmente en forma de cremas y geles que se frotan localmente en el sitio. También se utilizan apósitos y alginatos.

Consejos para unas venas sanas

Confía en el ejercicio, la mejor medicina para tus venas. El ejercicio activa y fortalece los músculos de las piernas. Caminar, hacer senderismo, correr, bailar y/o andar en bicicleta apoyan tus venas. El aquafitness tiene un efecto especialmente positivo, ya que el agua ejerce una presión de compresión natural sobre las venas (mucho más fuerte que al nadar). Los deportes que requieren períodos más prolongados de pie y períodos cortos de movimiento rápido (tenis, bádminton, culturismo) son menos favorables. Pero: cualquier actividad deportiva es mejor que ninguna.

Eleva las piernas con la mayor frecuencia posible, no sólo por la noche, sino también en la vida cotidiana. Esto evitará una hinchazón dolorosa.

Evita permanecer quieto durante largos períodos de tiempo sin moverte, ya que esto no activará la bomba muscular. Toma algunos pasos más a menudo, en el momento si es necesario. Es ideal si subes escaleras durante tus descansos en la oficina.

No cruces las piernas cuando estés sentado mucho. Coloca los pies uno al lado del otro en el suelo o en un taburete. De vez en cuando balancea tus pies. Cuando estés sentado durante largos períodos de tiempo: gira los pies hacia afuera y hacia adentro, dobla y estira los dedos de los pies y gira los pies desde los dedos hasta el talón.

Usa medias de compresión hechas a medida si es propenso a tener venas varicosas. Estas medias ejercen presión a través de su tejido de malla fina y comprimen las venas de las piernas. Esto hace que la sangre fluya por las venas de las piernas un poco más rápido. Esto también reduce el riesgo de que el líquido se escape de las venas al tejido circundante: la hinchazón disminuye.

Evita la ropa restrictiva, como pantalones ajustados, cinturones o medias apretadas (con excepción de las medias de compresión). Cualquier cosa que oprima dificulta la circulación sanguínea.

Mejor no usar zapatos de tacón. Limitan la movilidad de la articulación del tobillo y esto reduce el retorno venoso. Usa zapatos planos o anda descalzo con la mayor frecuencia posible. Esto estimula el bombeo muscular.

Las duchas alternas con agua fría y tibia mejoran la circulación sanguínea y la circulación de los tejidos. Es importante finalizar la aplicación con una ducha fría para que los vasos se contraigan menos. Lo ideal también es nadar en aguas frías.

Evita el calor extremo y el calor (sauna, jacuzzis, baños prolongados de sol). Los vasos sanguíneos se expanden significativamente con el calor y el flujo sanguíneo en las venas de las piernas también se ralentiza. La calefacción por suelo radiante también favorece las varices.

Prueba de si tus venas están o no en riesgo

Contesta Sí o No a las siguientes preguntas:

  1. ¿Alguno de tus familiares cercanos sufre de varices u otra enfermedad venosa?
  2. ¿Trabajas sentado o de pie?
  3. ¿Sufres a menudo de piernas pesadas y cansadas por la noche?
  4. ¿Tienes arañas vasculares?
  5. ¿Sufres de varices?
  6. ¿Tienes piernas y pies hinchados con frecuencia?
  7. ¿Te duelen y te hormiguean las piernas?
  8. ¿Has cambiado recientemente la piel de la parte inferior de tu pierna o tobillo?
  9. ¿Sufres de una herida que no cicatriza en tu pierna o pie?
  10. ¿Tienes áreas dolorosas, rojas o con estrías en la pierna?
  11. ¿Te duele una pierna o un pie al toser o al pisar?
  12. ¿Estás usando la píldora o tomando hormonas menopáusicas?
  13. ¿Alguna vez ha tenido flebitis o trombosis?
  14. ¿Eres diabético?

Evaluación : Si respondistes “sí” a 3 o más preguntas, existen factores de riesgo, síntomas o quejas que deberían llevarte a consultar a un médico. Sólo un tratamiento constante y tu propia iniciativa evitarán que la afección se desarrolle aún más.

Definitivamente deberías comenzar un programa preventivo de inmediato y entrenar tus venas con regularidad.

Compartir

Mas articulos

Scroll al inicio